Plan para lograr Net Zero para 2050

Muchos países y empresas en este período expresan la intención o compromiso lograr la neutralidad climática en el transcurso de varias décadas.

La conciencia de los riesgos de la inacción sobre el cambio climático respalda este esfuerzo.

Además, existe una clara tendencia en el mercado a favorecer y potenciar productos y servicios que respeten los principios de la sostenibilidad, no solo desde el punto de vista económico, sino también y especialmente desde el punto de vista ambiental y social.

Sin embargo, surge el problema de cómo lograr esta transición y cómo pasar de las buenas intenciones a las acciones concretas.

La Agencia Internacional de Energía (AIE) ha comenzado a abordar este tema en un esfuerzo por ayudar a los tomadores de decisiones a tomar decisiones tanto políticas como corporativas. La AIE publicó su primer informe el 18 de mayo, que se presentó como uno de los documentos más importantes jamás elaborados en su historia. Este informe tiene como objetivo lograr la neutralidad climática en el sector energético para 2050, con un contexto global. El informe está estructurado para ser coherente con la sostenibilidad del calentamiento global hasta 2100, en + 1,5 °C.

La excepcionalidad del documento radica en que la IEA es la organización con la mayor base de datos, lo que permite realizar análisis tan complejos, que necesariamente tienen consecuencias económicas y sociales en la solución de problemas energéticos.

El informe es largo y detallado y se centra en lo que debe suceder y, sobre todo, cuándo debe suceder para que exista alguna posibilidad de alcanzar los objetivos climáticos.

En este artículo, queremos proporcionar un resumen de los puntos principales.

Plan para lograr Net Zero para 2050

Es posible, pero debemos actuar inmediatamente.

Lograr la neutralidad climática para 2050 es teóricamente posible, pero es un camino muy desafiante que se puede tomar, pero requiere una acción inmediata y audaz por parte de los responsables políticos.
Los pasos también deben coordinarse y al mismo tiempo se debe garantizar un nivel sin precedentes de cooperación global. Sin embargo, cabe señalar que cada país tiene condiciones diferentes y que nadie puede quedarse atrás para enfrentar este desafío del cambio climático.

Necesitamos implementar todas las tecnologías disponibles hoy

De ahora en adelante, para 2030, es necesario un despliegue masivo de las tecnologías disponibles. Estas se refieren principalmente a la energía solar fotovoltaica, eólica, eficiencia energética y vehículos eléctricos.

Por ejemplo, la energía solar y eólica en 2030 debe cuadruplicar la capacidad instalada anual con respecto a 2020, las ventas de vehículos eléctricos deben aumentar 18 veces y, en términos de eficiencia energética, 1 de cada 5 edificios debe renovarse.
Al mismo tiempo, es fundamental desarrollar la infraestructura necesaria para esta transición, especialmente en vista de la expansión masiva de la red eléctrica.

La AIE estima que una reducción del 50% en las emisiones para 2050 provendrá de tecnologías que ya existen y están disponibles en el mercado.

Deberíamos aprovechar los años siguientes para desarrollar soluciones o tecnologías que no tenemos pero necesitaremos

De ahora en adelante, para 2030, es necesario invertir en el desarrollo de tecnologías que actualmente se encuentran en fase de investigación y desarrollo o incluso a nivel de prototipo. Estas tecnologías deberán implementarse masivamente entre 2030 y 2050 para cubrir aproximadamente el 46% de las reducciones de emisiones.

Ejemplos de ello son las inversiones en el desarrollo del hidrógeno como nueva fuente de energía, la descarbonización de procesos industriales (principalmente de acero y de cemento), nuevas soluciones para camiones, aviones y barcos, y todo lo relacionado con las tecnologías de captura y almacenamiento de CO2 y eliminación de carbono de la atmósfera.

La inversión en nuevas tecnologías para 2030 se estima en alrededor de 90 mil millones USD (DÓLARES ESTADOUNIDENSES).

Tecnología no será suficiente

El cuatro por ciento restante tendrá que provenir de cambios en el comportamiento.

La AIE proporciona varios ejemplos de cambios en nuestro estilo de vida, tales como por ej. mantener una temperatura máxima de 19-20 °C en nuestros hogares durante el invierno y una temperatura mínima de 24-25 °C en el verano. Velocidad máxima de 100 km/h en autopista y sustitución de vuelos de corto recorrido por ferrocarril. El kilometraje total, ya sea para vuelos comerciales y de ocio de larga distancia en 2050, no debe superar los niveles de 2019. El reciclaje de plásticos tendrá que aumentar del 17% actual al 54% en 2050.

Caída drástica en el uso de combustibles fósiles

Una disminución drástica en el uso de combustibles fósiles es esencial. La disminución tendrá que ser tan rápida que, desde el punto de vista actual, ya no será necesaria la inversión en nuevos pozos de petróleo, pozos de gas natural o minas de carbón.

La producción de petróleo deberá reducirse de 90 MBD (millones de barriles por día) a 24 MBD (millones de barriles por día) (-75%) para 2050. El precio también caerá y, en consecuencia, toda la producción residual se concentrará en Medio Oriente, donde los costos de producción son más bajos. Los países de la OPEP aumentarán su cuota de mercado del 30% actual a más del 50%.

También caerá la demanda de gas natural, que deberá caer en un 55% en comparación con los niveles de 2020.

Los países cuya estabilidad y riqueza dependen principalmente de los combustibles fósiles deben trabajar con urgencia para diversificar sus economías.

La inversión es la clave de la transformación

Se necesita un aumento sustancial de la inversión para que esto se logre. Hoy, las empresas de energía del mundo (en relación con el 80% de combustibles fósiles) estiman inversiones globales anuales en tecnologías limpias en suma de alrededor de 1 billón USD por año; sin embargo, la inversión debe aumentar a 4 billones USD para 2030. Este flujo de inversión provocará un aumento adicional del PIB mundial en 0,4% anual para 2030.

La transformación creará puestos de trabajo

La transformación creará nuevos puestos de trabajo. Actualmente, alrededor de 40 millones de personas trabajan en el sector energético. La transición dará lugar a 14 millones de nuevos puestos de trabajo para 2030 (en comparación con alrededor de 5 millones perdidos en el comercio de combustibles fósiles). A esto se unirán otros 16 millones oportunidades de trabajo relacionadas con el aprovechamiento de la energía (por ejemplo, en la construcción con la renovación de gran envergadura de edificios existentes).

Nos enfrentaremos a un problema de seguridad energética

Habrá un problema con la seguridad energética: además del ejemplo del petróleo mencionado anteriormente, la extracción y el procesamiento de minerales necesarios para la transformación energética se concentra hoy en día en varios países, con China jugando un papel dominante.

El pasado 5 de mayo, la AIE publicó otro importante informe en el que destacaba la sensibilidad e importancia de los minerales, que serán determinantes para la electrificación y descarbonización de la sociedad. Se necesitarán grandes cantidades de cobre, litio, níquel, cobalto, manganeso, grafito y metales de tierras raras para satisfacer la demanda de baterías, motores eléctricos y en un esfuerzo por expandir la infraestructura eléctrica.

Los coches eléctricos contienen 6 múltiplo de la cantidad de estos materiales en comparación con los coches tradicionales y un aerogenerador en el mar 13 veces en comparación con una central eléctrica de gas de la misma capacidad. En general, la demanda de estos materiales se multiplicará por seis para 2040. Por ejemplo, se espera que la demanda de litio aumentará más de 40 veces.

La transformación ecológica requerirá que estos minerales estén disponibles en cantidades suficientes, a precios estables y asequibles, minimizando al mismo tiempo los riesgos asociados con la concentración de la minería y la producción en un pequeño número de países.

Finalmente, la AIE sugiere un camino a seguir que tiene como objetivo ayudar a diferentes países no solo a desarrollar estrategias climáticas, sino también a monitorear a lo largo de los años si las medidas tomadas están en línea con los objetivos de 2050.

Por ejemplo, a partir de este año, además de las inversiones en nuevos yacimientos de combustibles fósiles, no se podrán construir nuevas centrales eléctricas de carbón. A partir de 2035, ya no será posible vender automóviles equipados con un motor de combustión interna y, a partir de 2040, toda la producción de electricidad deberá ser climáticamente neutra. Finalmente, para 2050, el 70% de la electricidad provendrá de energía solar fotovoltaica y eólica.

El escenario descrito por la AIE es realista, pero necesita ser introducido a una realidad específica, de cada país. Con el fin de definir con precisión la mejor estrategia y los pasos intermedios. Sin embargo, el informe muestra claramente por qué la transformación energética y, en general, la lucha contra el cambio climático se considera el mayor desafío al que se enfrenta la humanidad.

Como es bien sabido, es una lucha que la humanidad no puede permitirse perder por su propio bien.

Fuentes:

IEA- Net Zero by 2050

IEA

El artículo fue escrito por:

Luca Orefici
Gerente de Medio Ambiente @Pipex Italia
lorefici@pipex.it

Si necesita más información, detalles o requisitos, no dude en ponerse en contacto con los autores de este artículo.

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